El día después de que Oliver Rowland ganara la primera carrera en Mónaco, el líder del campeonato se hizo con la pole position, superando a Nyck de Vries. Sin embargo, la situación cambió en el Principado con la llegada de la lluvia. La salida se dio, por tanto, sobre pista mojada, para coches de Fórmula E equipados, cabe recordar, con neumáticos Hankook capaces de rodar en estas condiciones.
Cuando se apagó el semáforo, Oliver Rowland seguía en cabeza, pero cedió el testigo a Jean-Éric Vergne, que optó por desplegar su modo ataque al inicio de la carrera. Sin embargo, los esfuerzos del francés se fueron al traste en : después de una Full Course Yellow tras la salida de pista de Lucas Di Grassi, el accidente de Nico Müller provocó la intervención del coche de seguridad a mitad de carrera.
Tras la reanudación, Sébastien Buemi aprovechó una estrategia impecable del equipo Envision para colocarse en cabeza. A partir de ese momento, el piloto suizo no cedió nunca el control de la carrera, dejando que sus perseguidores discutieran, a veces acaloradamente, antes de despegar y cruzar la línea de meta con más de cuatro segundos de ventaja.
Pilar de este deporte, Sébastien Buemi no había ganado ninguna carrera de Fórmula E desde su victoria en Nueva York en 2019, ¡con los colores del equipo Nissan e.dams!
Oliver Rowland, a pesar de un adelantamiento ilegal en la chicane Port que le obligó a ceder la posición a Jean-Éric Vergne, logró remontar hasta la segunda plaza, lo que consolida su posición de líder del campeonato. Tras él, Nick Cassidy subió al tercer cajón del podio.
E-Prix de Mónaco (domingo)
En este artículo
Basile Davoine
Fórmula E
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