Lo mejor que puedo hacer por KTM es ser lo más rápido que pueda

El que debía ser uno de los mejores inviernos de la todavía corta vida de Pedro Acosta se le amargó al murciano cuando se enteró del agujero en el que anda metida KTM por la mala gestión de su división comercial, que ha acumulado unas deudas de entre 2000 y 3000 millones de euros. Con la compañía en pleno ejercicio concursal, y con Stefan Pierer, la cara más visible, apartado de su posición de consejero delegado (CEO), la promoción de Acosta a la escudería oficial de la marca en MotoGP, solo un año después de debutar en la categoría de las motos pesadas, ha perdido algo de fuerza, por más que desde los despachos se le asegure al español que la continuidad de las motos naranjas en el campeonato está asegurada.

A pesar de tener solo 20 años, en su primer ejercicio en la clase reina (comenzó con 19) dejó meridianamente claro que su objetivo a corto plazo pasa por levantar el título de campeón. Tras las 20 paradas del calendario finalizó el sexto en la tabla general, con solo dos puntos menos que Brad Binder, el primero de entre los corredores del fabricante austríaco y su nuevo vecino de taller.

Sus mejores registros fueron cinco podios y una pole, aunque sigue a la espera de esa ansiada victoria. Para el Tiburón, este 2025 debería convertirse en la primera tentativa real de pelear por encasquetarse la corona. Habrá que ver si KTM es capaz de hacerlo si tenemos en cuenta el galimatías por el que transita, con los acreedores presionando al máximo para que la empresa abandone el certamen para ahorrarse los costes que se derivan de él.

Acosta competirá enfundado en el mono de KTM en 2025, pero no está tan claro que lo vaya a hacer el año que viene. De momento, su compromiso es absoluto y así lo hizo público en la presentación de la estructura, lanzada a los medios este jueves pero registrada hace ya días, en Austria.

Pedro Acosta, Red Bull KTM Factory Racing

Foto de: KTM Images

Una vez mostrada la decoración de las cuatro RC16 que coincidirán en pista (la de la formación de fábrica y la de Tech3), con el logotipo de Red Bull presidiendo la panza de los prototipos, el #37 –recupera ese dorsal después de la marcha de Augusto Fernández pase a desempeñar las labores de probador, en Yamaha– atendió a los medios de forma telemática.

En su comparecencia se le vio y escuchó tranquilo, enfocado únicamente en los test de pretemporada que arrancarán la semana que viene, en Sepang (Malasia), dado que no se permitió hacer ninguna pregunta relativa a la coyuntura financiera que afecta a KTM.

“Fue un invierno intenso. Estuve tranquilo, y eso, en parte fue gracias a la visita que hice a la fábrica. Tenemos cosas interesantes que probar en Malasia, y quiero ver cómo Aki (Ajo, el nuevo team manager), organiza el trabajo”, convino Acosta, que pasó a mucha distancia cuando se le preguntó por cómo ha digerido todas las noticias que han ido saliendo en los últimos meses: “Yo no puedo hablar ni puedo centrarme en lo que ha pasado en la fábrica. Lo mejor que puedo hacer por KTM es ser lo más rápido que pueda”.

Mira: KTM y Tech3 presentan sus motos para 2025

De los cuatro pilotos que compitieron sobre una RC16 el último ejercicio, quedan la mitad. El puesto de Jack Miller es para Acosta, mientras que Maverick Viñales y Enea Bastianini formarán pareja en la formación Tech3, que inicialmente debía ser considerada como un segundo brazo oficial, pero que habrá que ver cómo queda una vez se resuelva, en una dirección u otra, el lío financiero del grupo capitaneado por Pierer.

“Tenemos la mejor alineación de pilotos que nunca ha tenido KTM, y me atrevería a decir que es también la mejor alineación de toda la parrilla. Todos tenemos nuestros puntos fuertes, por eso tenemos que combinarnos y no pisarnos los unos a los otros”, ahondó el de Mazarrón, que, según advirtió, se ha pasado el invierno entrenándose para pulir esos puntos que, como las cronometradas, le lastraron en 2024.