cómo Racing Bulls renació en Las Vegas

En el transcurso del fin de semana de Las Vegas, varios equipos fueron capaces de poner a punto el rendimiento del fin de semana, dando la vuelta al coche para encontrar el rendimiento que faltaba en la primera sesión de entrenamientos libres. El de Red Bull es sin duda el mejor ejemplo ya que, tras un viernes en el que le costó encontrar la estabilidad en la parte trasera, el domingo se trajo a casa un valioso quinto puesto que le valió el título mundial a Max Verstappen.

Sin embargo, y siguiendo con el mundo Red Bull, la escudería de Milton Keynes no fue la única que le dio la vuelta al fin de semana trabajando en una mejor comprensión del monoplaza, porque los Racing Bull también fueron capaces de darle totalmente la vuelta al fin de semana trayendo a casa puntos cruciales para mantener viva la lucha por la sexta plaza en el campeonato de constructores.

La escudería italiana llegó a Las Vegas con una nueva suspensión trasera, más concretamente la del RB20, que el equipo no utilizaba desde el inicio de la temporada. El trabajo de adaptación entre bastidores fue largo y complejo y, al igual que en el pasado, Racing Bulls retrasó el cambio a la última especificación hacia el final del campeonato.

“No diría que la implantación de la nueva suspensión haya sido fácil. Pero forma parte del paquete de innovación. Lo mismo ocurre con todos los nuevos componentes que mejoran el coche. En Faenza se hizo un trabajo increíble para asegurarse de que encajaran en el coche”, dijo Alan Permane, director de carreras de Racing Bulls.

Las dificultades de puesta a punto se hicieron evidentes de inmediato en las primeras sesiones de entrenamientos libres, cuando el coche no conseguía hacer funcionar los neumáticos y además sufría una gran inestabilidad en la parte trasera, agravada por los bloqueos del tren trasero al final de la frenada. Si nos fijamos en los tiempos, los dos VCARB01 habían terminado la FP1 en las dos últimas posiciones.

A esto se añadía el hecho de que, potencialmente, la pista estadounidense estaba “en el medio” para el equipo de Faenza. Por un lado, si bien es cierto que el monoplaza rindió bien en las curvas lentas, lo que siempre ha sido su punto fuerte, por otro el VCARB01 aún tiene que progresar en las largas rectas, donde le falta eficacia aerodinámica. De hecho, al igual que otros equipos, Racing Bulls se ha visto obligado a utilizar una configuración extremadamente descargada para compensar en términos de velocidad punta: una deficiencia que en parte asusta al equipo de cara a Qatar, donde se necesitará una configuración más cargada y donde el equipo tendrá que entender si ha sido capaz de dar un paso adelante con el tren inferior.

Yuki Tsunoda, RB F1 Team VCARB 01

Foto de: Glenn Dunbar / Motorsport Images

Fue esa primera sesión, sin embargo, la que resultó crucial para entender en qué trabajar y qué había que hacer para poner el coche en una mejor ventana, también en términos de reglajes mecánicos. Un trabajo que les permitió encontrar un mejor equilibrio y reducir el graining en los neumáticos delanteros, ese que ha puesto en crisis a tantos coches al haber tan pocas curvas con las que transmitir energía a los neumáticos: dos aspectos que también les permitieron reducir la degradación de los neumáticos en largas distancias, uno de los problemas que preocupaban al equipo.

Mejoras que luego se tradujeron en un valiosísimo séptimo puesto en clasificación con Tsunoda, que supo sacar el máximo partido a un revigorizado VCARB01 situándose en la tercera fila. En la carrera, el equipo hizo bien en adelantar a Pierre Gasly con un overcut alargando el primer stint, incluso antes de que el francés tuviera problemas de motor: de hecho, fue justo detrás de Tsunoda cuando el piloto alpino tocó el limitador a 361 km/h a partir de lo cual empezaron entonces sus problemas con la Unidad de Potencia.

Tras permanecer en octava posición durante gran parte de la carrera como “el mejor del resto”, el piloto japonés trató de contener la presión que ejercía sobre él Nico Hulkenberg, que había pospuesto su primera parada en boxes para crear un delta de neumáticos de cuatro vueltas. Sin embargo, el adelantamiento del alemán llegó a pocas vueltas del final con una bonita maniobra en la frenada de la curva 14: en pocos giros, el piloto de Haas pudo ampliar sustancialmente el margen, haciendo imposible un contra adelantamiento. Por un lado, esto pesó claramente en el resultado global desde el punto de vista de los constructores, ya que permanecer en octava posición no sólo habría permitido ganar dos puntos más, sino también arrebatárselos al equipo americano.

Tsunoda por delante de Hulkenberg en la parte final de la carrera

“Creo que como equipo hemos dado un buen paso adelante durante la semana de carrera, pero en comparación con Haas y Alpine creo que aún nos faltaban un par de cosas. Pero eso también estuvo bien, sobre todo porque al final hice el mínimo daño y acabé por delante de Pierre. Para mí, lo he hecho lo mejor que he podido”, declaró Tsunoda al final de la carrera.

Sin embargo, mirando el fin de semana en su conjunto, teniendo en cuenta de dónde partía el equipo de Faenza, hay que alabar el trabajo realizado durante el fin de semana para dar la vuelta a la situación y ganar unos puntos preciosos para mantener viva la lucha.  “Yuki ha hecho una carrera sólida y se ha llevado a casa dos puntos que pueden ser fundamentales para nuestra lucha en el campeonato de constructores. Si nos fijamos en cómo empezó el fin de semana, con un difícil equilibrio del coche y la degradación de los neumáticos, podemos estar satisfechos con los progresos realizados”, dijo Guillaume Dezoteux, responsable de rendimiento.

“La carrera consistía en encontrar el enfoque adecuado para la gestión de los neumáticos y la estrategia, y lo hemos conseguido. Una vez más, hicimos buenas paradas en boxes y Yuki adelantó a Gasly en boxes, lo que es una recompensa fantástica para los mecánicos y el equipo.”