Max Verstappen fue sancionado con servicios comunitarios el viernes del fin de semana del Gran Premio de Singapur por utilizar la palabra “jodido” para describir el rendimiento de su coche en Bakú durante la rueda de prensa del jueves.
Previamente de esta semana, en una entrevista exclusiva con Motorsport.com, el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, había pedido a los pilotos que cuidaran su lenguaje, algo que los pilotos no recibieron de buena manera.
Aunque se mostró parcialmente de acuerdo con el presidente de la FIA, Lewis Hamilton también habló de racismo, ya que Ben Sulayem dijo que “los pilotos de F1 no son raperos”.
Que Verstappen recibiera servicios comunitarios por su expresión en Singapur también cayó mal entre los pilotos.
“A nadie en el grupo de WhatsApp de la GPDA (Grand Prix Drivers Association) le gustó esto realmente. Todos los pilotos están enfadados por ello”, dijo Alexander Wurz, presidente del sindicato de pilotos GPDA, a ORF.
A los pilotos les molesta especialmente que Ben Sulayem no se dirigiera directamente a ellos, sino a los medios de comunicación. Wurz calificó esta acción del presidente de la FIA de “inusual”.
El ex piloto austriaco subrayó que los pilotos no estaban totalmente en contra de la postura de Ben Sulayem.
“Por supuesto que hay que tener cuidado con las palabras que se eligen”, continuó. “Sin embargo, hoy en día también es difícil para un piloto ser auténtico y ser quien quiere ser. La F1 se ha hecho tan popular porque a los pilotos se les permite ser un poco más quienes quieren ser. Auténticos. Lo muestran en las redes sociales. Eso incluye cierto lenguaje”.
El hecho de que la FIA sea tan dura con Verstappen cuando sus palabras no iban dirigidas contra una persona tampoco cayó bien a los pilotos.
“Personalmente, no soy partidario de atacar verbalmente a tus oponentes. Pero si insulta a su coche, debería resolverlo con su jefe de equipo”, dijo Wurz.
El austriaco, que completó 69 carreras de F1 para Benetton, McLaren y Williams entre 1997 y 2007, logrando tres podios, terminó encogiéndose de hombros: “Sin embargo, tendremos que acostumbrarnos a un presidente de la FIA que hace las cosas a su manera”.