Red Bull sigue siendo un laboratorio. El RB20 que Adrian Newey ha legado al equipo técnico liderado por Pierre Waché es un coche con contenidos extremos: el inédito sistema de refrigeración ha hecho que el desarrollo del monoplaza de Milton Keynes haya sido más complejo de lo esperado y con algunos contratiempos debidos principalmente a la búsqueda de fiabilidad.
Max Verstappen justo en Spa-Francorchamps se verá obligado a ceder 10 posiciones en parrilla porque estrenará su quinto motor de combustión interna, superando el límite de cuatro motores permitido a cada piloto. Está claro que la evolución del RB20 ha estado condicionada por la necesidad de salvaguardar el 6 cilindros Honda BRPT H002.
Para Verstappen hay potencial en el coche que el equipo aún no ha podido extraer, pero el neerlandés, autor de victorias de remontada con el RB18 y el RB19 en Spa en los últimos dos años, no se atreve a afirmar que podrá aspirar al escalón más alto del podio con el RB20 a pesar de la penalización. Está claro que el equipo de Milton Keynes está trabajando duro para recuperar un cetro técnico que le arrebató McLaren con astucia.
El Red Bull RB20 de Max Verstappen en el box de Spa.
Foto de: Erik Junius
En Bélgica volvemos a ver al Red Bull que ha regresado a la configuración aerodinámica equipada con el bazooka en el capó, pero en realidad es un término equivocado hablar de un coche “antiguo” porque la parte inferior, el morro -más estrecho- y los alerones son nuevos.
Red Bull RB20: el morro es el más estrecho que ya se vio en Hungría
Foto de: Giorgio Piola
La carrocería con el bazooka es más eficiente aerodinámicamente y las velocidades de Spa-Francorchamps (así como las cambiantes temperaturas) deberían reducir a cero los problemas de refrigeración (veremos un RB20 muy cerrado), favoreciendo, por el contrario, la búsqueda de prestaciones.
La foto de Giorgio Piola nos muestra el sidepod y el piso del fondo: para la primera sesión de entrenamientos libres, mientras la FIA tomará medidas sobre la flexión del alerón delantero, Red Bull se concentrará en entender cuánto y qué tan bien funciona el nuevo fondo, que fue utilizado tanto por Verstappen como por Pérez en Budapest.
Una mirada de cerca al suelo del fondo observará la aparición de pequeños tubos Pitot y sensores de presión para evaluar cuidadosamente el patrón de flujo y cómo se genera la carga aerodinámica en la búsqueda del mejor equilibrio entre bajas y altas velocidades. El viaje a Bélgica debe convertirse, por tanto, en una oportunidad para que el equipo campeón del mundo encuentre las directrices adecuadas con las que afrontar la segunda parte de la temporada, quizá tratando de contener el ascenso de los McLaren.