En la previa del Gran Premio de Alemania 2023 Alex Márquez encendió una tímida señal de alarma al asegurar que “nunca había visto a Marc tan frustrado”, aunque inmediatamente edulcoró su diagnostico con un “pero aquí (Sachsenring), le pongo de favorito”.
No en vano, Marc Márquez llegaba a la cita alemana con un palmarés difícil de igualar: 11 victorias, una en 125cc (2010), un par en Moto2 (2011-12) y hasta ocho en MotoGP, siete consecutivas entre 2013 y 2019, y la última en 2021. Siempre que ha salido a correr en Sachsenring, desde 2010, Marc ha ganado la carrera. No compitió en 2020 (lesión y pandemia), no lo hizo tampoco en 2022 (operado del brazo) ni, por último, disputó la carrera de 2023, aunque el entonces piloto de Honda sí estuvo en Sachsenring, hasta que puso el pie en el suelo y se retiró una hora antes de la carrera.
Márquez llegó el pasado año a Alemania en medio de sus cavilaciones sobre si cumplir el contrato con Honda, que expiraba a final de 2024, o hacer un cambio de rumbo drástico en su carrera deportiva. Para el catalán, una pista como la alemana, donde siempre que había corrido había ganado, era el termómetro ideal para medirse.
Las cosas no podía empezar mejor para Marc, que acabó segundo en el FP1 del viernes. La dinámica empezó a torcerse en la Práctica, donde sufrió la primera caída del fin de semana, relegado al puesto 18º y obligado a pasar por la Q1. Además, no fue una caída cualquiera, Marc perdió la parte delantera de su moto, que salió deslizando e impactó, violentamente, en la Ducati de Johann Zarco, que salía del carril de boxes, partiendo por la mitad la moto del equipo Pramac. Dirección de Carrera publico, el día siguiente, una nota a los equipos recordando que los corredores debían prestar atención al salir por el carril del pitlane, lo que daba a entender que le echaban la culpa a Zarco. En Pramac atacaron a Marc duramente, y algunos creen que la antipatía del español con los responsables del equipo italiano viene de aquel día.
El sábado, Marc volvió a mostrar su orgullo sacando una vuelta para liderar el FP2, pese a sufrir la segunda caída del fin de semana. En la Q1 logró ser segundo y pasar el corte, aunque, de nuevo, la RC213V le llevó al suelo. El día no había hecho más que empezar, y en la Q2, en la que fue 7º (tercera fila de parrilla, buen resultado) se cayó no una, hasta dos veces con solo nueve minutos de diferencia.
El peor fin de semana de su carrera deportiva
En la carrera sprint Marc logró llevar la moto al garaje, pero estaba ya dolorido de tanta caída y tantos golpes en su cuerpo, solo puso ser 11º a casi once segundos del ganador, Jorge Martín.
El drama que se estaba cocinando en Sachsenring tenía un giro escondido el domingo por la mañana, cuando Marc salió al Warm Up para completar dos vueltas y protagonizar una nueva caída en la curva 7, la quinta del fin de semana y la 12ª hasta ese momento del curso, que acabó con el récord de caídas de su vida: 29, más que nadie en todo el campeonato.
Una hora antes del inicio de la carrera, y después de que el corredor pasara por la centro médico, posteriormente se reuniera con los jefes de Honda primero, y con los miembros de su equipo, después, el propio Marc anunció la decisión de no tomar parte en la carrera del GP de Alemania 2023.
Marc Márquez, Gresini Racing
Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images
El corredor, que bajó con dificultad las escaleras de su camión en la parte trasera del box, no quiso hacer declaraciones, pero aseguró a los que estábamos allí presentes que sentir “mucho dolor”, en las costillas y en el dedo pulgar de la mano derecha, en la que se había hecho una pequeña fractura.
En el vuelo privado de regreso a casa Márquez tomó la decisión, junto a su núcleo duro, de empezar a mover las cosas para dejar Honda y buscar una Ducati para 2024, “fuera donde fuera”, aunque la mejor oportunidad, lógicamente, la presentaba el equipo Gresini, donde corría Alex y el segundo piloto, Fabio Di Giannantonio, terminaba contrato a final de año.
Marc, que en alguno de los múltiples documentales que ha protagonizado en los últimos años, admitió que “en algún momento pensé en dejarlo”, tras la gravísima lesión de 2020, nunca había hablado muy abiertamente de una eventual “retirada”, cosa que sí pensó tras el nefasto fin de semana de Alemania, el punto más bajo de su carrera a nivel deportivo.
Del ‘retirarse’ a ser el rey del mercado de MotoGP
Un año después de todo aquello, Márquez es feliz en un equipo privado, modesto, familiar y, sobre todo, volcado en hacerle la vida fácil y que sea feliz. En Gresini han mimado al catalán y le han ‘recuperado’ para volver a ser feliz encima de una moto. Pero, sobre todo, por la moto, por la Ducati satélite con la que compite y que le ha permitido volver a sentirse rápido, aunque todos seguimos esperando su primera victoria al manillar de la GP23.
Mientras eso llega, Marc ha vuelto a ser el ‘canibal’ fuera de la pista que cambio el ‘statu quo’ de MotoGP con su irrupción en 2013, y que ahora ha vuelto a manejar a su antojo todo el mercado de pilotos, poniendo de rodillas a la que es, ahora mismo, la fabrica más poderosa, deportivamente, de la parrilla.
En menos de un año, Márquez rompió su contrato con Honda, dejó atrás a su equipo de mecánicos, que eran su familia en el paddock, fichó por un equipo satélite como trampolín y ha llegado al box más codiciado del planeta, el oficial de Ducati, incluso con el riesgo de perder a alguno de sus principales patrocinadores. Todo ello sin ganar ni una carrera, para demostrar, como dijo el jueves en Assen, que “sí, vendo más”, que Martín… y que cualquier otro, incluido el doble campeón en ejercicio, Pecco Bagnaia.