Cómo KTM busca blindar su división de MotoGP ante la crisis

A Pedro Acosta, la gran revelación del pasado campeonato –terminó el sexto en la tabla general y fue el piloto de KTM con más podios (4) en su primer concurso en la categoría reina–, el KO técnico en el que se ha metido el fabricante austríaco le pilló en casa, nada más terminar su primera temporada en la categoría de las motos pesadas.

La gravedad de la situación, sobre todo después de la declaración de insolvencia de Pierer Mobility –matriz de la que pende KTM– que siguió a la puesta en marcha del proceso concursal que maneja Citibank, motivó una segunda visita de Acosta a la sede de la división de carreras, en Mattighofen, para poder tener una mirada un poco más en detalle de los acontecimientos.

El encuentro con Pit Beirer, el director de competición de la marca, sirvió para rebajar la tensión y para que Acosta, que viajó acompañado de Albert Valera, su representante, saliera de allí con el compromiso de permanecer en MotoGP, la punta de lanza de su división de carreras.

El informe publicado por la Asociación de Acreedores Alpinos (AKV) tras la primera reunión del proceso de insolvencia hacía referencia a la salida de MotoGP, Moto2 y Moto3, como una de las medidas que debían producirse para contener los costes. Una maniobra que semanas después, según la información publicada por DerStandard en referencia al informe que la propia KTM solicitó a la consultoría Boston Consulting Group, quedó fijada para 2026.

“KTM mantiene su firme compromiso con el deporte del motor. Repetimos nuestra declaración para 2025 ¡Seguiremos compitiendo en MotoGP!”, respondió el fabricante, sin hacer alusión a lo que ocurrirá dentro de dos años. KTM sigue operando con la intención de mantener su presencia en las distintas competiciones, que es aquello que le da identidad –no hay que olvidar que su eslogan es ‘ready to race’ –.

Stefan Pierer, CEO KTM Group

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Obviamente, el eslabón más débil de toda la estructura son los cientos de trabajadores que han perdido sus puestos de trabajo, y los que todavía no han cobrado aquello que se les debe, así como los proveedores a quien se les adeuda dinero.

El estado de ánimo de los ejecutivos que actualmente están al frente de KTM varía en cuestión de días. La cara más visible es la de Stefan Pierer, el CEO de la firma, a quien la mayoría señala como el responsable directo del sobre estocaje de motos que han hecho dispararse los activos inmovilizados de KTM, cuya deuda acumulada ronda los 3.000 millones de euros. “Es muy sorprendente lo que ha pasado. Recuerdo estar en una cena con Pierer, al final de 2022, en la que ya nos advertía de la crisis de ventas que se auguraba para 2024. Nos dijo que estuviéramos preparados. Lo que no entiende es que él, como gran empresario y jefe de todos nosotros, no tomara medidas y la producción siguiera al máximo”, explica a Motorsport.com una fuente interna de KTM, en referencia a las más de 250.000 motos que se calcula que están almacenadas y sin vender.

En las últimas semanas, Pierer ha dado un paso al lado en la gestión del área deportiva para dejar al frente de la toma de decisiones a Heinz Kinigadner, una persona de su total confianza, además de ser también socio de la marca. El valor de las acciones de Pierer Mobility tocó fondo el 28 de noviembre, al llegar a estar por debajo de los 8 euros. El anuncio del concurso de acreedores, un mes después, motivó un efecto revitalizador en los posibles inversores, esos que esperan oportunidades como la que ofrecía KTM.

Los hubo, como el propio Lewis Hamilton, dispuestos a hacerse con las riendas de la escudería de MotoGP. No obstante, Motorsport.com considera que la oferta del nuevo fichaje de Ferrari con vistas al próximo Mundial de Fórmula 1 no cuajará, porque el objetivo es que quien asuma el control inyecte capital para salvar a toda la compañía, no solo a su área de competición.

CFMOTO ya está en Moto3 con Aspar Team, asociada a KTM

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Además de Bajaj (India), que ya posee el 40% de las acciones de KTM, en ese plano también hay que contemplar a CF Moto (China), que ya es socio del grupo, aunque de momento no posee ningún paquete accionarial.

Otro candidato podría ser perfectamente Mercedes, que desde 2023 cuenta con el propio Pierer en las reuniones de su más alto nivel. En agosto, el emprendedor austríaco firmó la venta del 50,1% de Leoni, una multinacional alemana dedicada a la fabricación de cableado de automóviles, al grupo Luxshare (chino), una operación que le facilitó esa butaca en el consejo de administración del gigante de la estrella.

A menor escala, otros, como Maverick Viñales, también se hicieron con un paquete de acciones que, en un mes, ya le ha reportado un beneficio del 200% del capital invertido. Motorsport.com entiende que la cúpula de KTM tiene el convencimiento absoluto de poder mantener a flote su brazo en las carreras, dado que se trata de una compañía independiente. Lo que ocurre es que los pilotos que han quedado bajo su paraguas no tienen la certeza absoluta de que eso vaya a cumplirse, y ya hace días que se están moviendo. El que más lo hace, porque es el que mejor cartel tiene, es Acosta, que tiene una fila de pretendientes esperando por si el constructor de las motos naranjas termina colapsando.

“Todas las fábricas me han contactado preguntándome por cómo está Pedro, y deseándome que toda esta situación no le afecte. Y estoy seguro de que todas nos ayudarán en el momento en que debamos valorar una alternativa. Se trata de un diamante de 20 años, y a cualquier marca le haría ilusión contar con sus servicios”, esgrime Valera en declaraciones a ‘Por Orejas’, el podcast de la edición española de Motorsport.com.

“Yo no puedo permitir que el valor de mercado de Pedro caiga. Mi trabajo es asegurar un proyecto ganador lo antes posible. Si veo que todo aquello que está pasando puede afectar a las perspectivas de Pedro, comenzaré a moverme para asegurarle las herramientas que necesita para poder optar a ganar el título de MotoGP”, añade el representante, consciente de disponer de la palanca más influyente, al margen de la económica.