Red Bull, que ya participaba entonces en la Fórmula 1 a través del patrocinio, sobre todo con Sauber, dio el paso definitivo de adquirir un equipo que tenía sus orígenes en el proyecto Stewart Grand Prix de finales de los años noventa.
En su momento, la noticia fue recibida con cierto escepticismo. Ponía fin a una aventura sinónimo de fracaso para Jaguar que, en cinco temporadas, sólo había registrado dos podios, en cada ocasión con Eddie Irvine (2001 y 2002).
“Nuestra decisión de convertirnos en propietarios de un equipo de Fórmula 1 tiene sentido desde el punto de vista comercial”, explicó Dietrich Mateschitz, máximo responsable de la firma austriaca, el día en que se hizo oficial el acuerdo. “Si a eso añadimos la oportunidad de participar directamente en un deporte del que obtengo un gran placer personal, es fácil comprender lo encantado que estoy con esta compra”.
“Este es el paso lógico y definitivo en el proceso que hemos iniciado con el programa Red Bull Junior, con el que identificamos, tutelamos y promovemos a jóvenes talentos desde el karting hasta el pináculo que es la Fórmula 1.”
El fracaso del proyecto chino
Sin embargo, todo podría haber salido de otra manera si el proyecto inicial de transformar Jaguar Racing en Ford Team China hubiera visto la luz. Mark Gallagher, director de patrocinio de Jaguar Racing en aquella época, recuerda su misión de intentar mantener vivo el equipo con otro inversor al frente.
“En el verano de 2004, Ford dio a Jaguar Racing tres meses para encontrar un comprador o cerrarían la fábrica”, recuerda. “El antiguo director del equipo, Tony Purnell, estuvo hablando con Red Bull, patrocinador de nuestro piloto Christian Klien, mientras a mí me enviaron a China, donde pasé dos meses. Estaba trabajando en la venta del equipo a un grupo de individuos chinos con los que Ford tenía buenas relaciones.”
La etapa de Jaguar en la F1 fue un fracaso.
Foto de: Rainer W. Schlegelmilch / Motorsport Images
Mark Gallagher explica que el proyecto ya había avanzado considerablemente, asegurando que hace unos años todavía había un F1 a escala del 40% en Shanghái luciendo los colores del Ford Team China:”El proyecto nunca tuvo éxito porque Ford y China no tenían suficientes ganas de apoyarlo. Entonces se cerró el acuerdo con Red Bull”.
Un discurso visionario
Dietrich Mateschitz, fallecido a finales de 2022, cumplió su sueño en la F1.
Al dejar que Dietrich Mateschitz tomara las riendas de una escudería en la que trabajaban 600 personas por un simbólico euro -lo que habría resultado muy costoso para Ford en caso de despidos-, en la planta de Milton Keynes había mucha desconfianza.
“Se preguntaban cómo una empresa de bebidas energéticas podía tener éxito donde Ford no lo había tenido”, dice Gallagher. “Poco después de cerrar el trato, Mateschitz vino a Milton Keynes para dirigirse a nosotros”.
“Se puso delante de los 600 empleados y describió por qué había comprado el equipo y cuál era su visión, explicando que era la realización de la ambición de su vida. Dijo que estábamos en esto para ganarlo y reiteró el hecho de que había tenido éxito en todo lo que había emprendido antes. Todo lo que Red Bull ha hecho en la F1 nació de ese primer discurso, y él marcó todas las casillas de lo que quería lograr en la F1”.
Hubo incredulidad en aquel momento, pero la apuesta dio sus frutos nada menos que seis años después, cuando Sebastian Vettel, un producto puro de Red Bull, ganó su primer título mundial. Hoy, el alemán sigue ligado al primer gran periodo de éxitos del equipo en la F1, con cuatro títulos consecutivos de pilotos y constructores entre 2010 y 2013.
Sebastian Vettel no fue el único joven talento que pasó por sus filas, ya que le sucedió Daniel Ricciardo, también producto del éxito del programa de Red Bull. Un interludio antes de que se pasara una página que aún se está escribiendo, con la llegada de Max Verstappen, tricampeón del mundo y ahora bien situado para igualar a Sebastian Vettel con una cuarta corona este año.
En 20 temporadas, Red Bull Racing ha participado en 390 Grandes Premios, con 121 victorias, 103 poles, 99 vueltas rápidas en carrera, 281 podios y 31 dobletes. El equipo ha superado a Williams y es ahora el cuarto más laureado de la historia, por detrás de las históricas estructuras de Ferrari, McLaren y Mercedes.
Tras asociarse con Cosworth, Ferrari y luego Renault, el equipo hizo la apuesta ganadora de pasarse a Honda en 2019, y aún hoy utiliza el bloque japonés. Todo eso cambiará en 2026 con un nuevo reto, y no menor : el de diseñar y producir su propio motor… con la ayuda de Ford. El círculo se ha cerrado.
Red Bull ha alcanzado la cima de la Fórmula 1.
Foto de: Red Bull Content Pool