Jorge Martín ha superado uno de los días clave y más trascendentes en lo que espera que sea su camino hacia el ansiado título de MotoGP. Tras ampliar su ventaja sobre Pecco Bagnaia a 22 puntos en la carrera al sprint, la prueba larga en Tailandia se presentaba muy distinta debido a la llegada de la lluvia, que había caído desde primera hora de la mañana en Chang y que había arreciado tras la prueba de Moto2.
A pesar de las circunstancias complicadas y de que para Jorge lo más cómodo podía ser salir a la expectativa y ver qué hacía su rival por la corona, el español salió como un disparo y se colocó en cabeza para tratar de mostrar un ritmo alto. Pero los sustos no tardaron en llegar, y una pasada de frenada le dejó tercero, tras Bagnaia y Marc Márquez. El español aprovechó para acercarse cuando ambos pelearon por el primer puesto, pero la opción de irse al suelo seguía ahí, así que puso los pies en la tierra y, como hace siete días en Australia, optó por minimizar daños. Que, además, fueron mínimos tras la caída del #93.
Con este resultado en Buriram, Martín llegará a Malasia con 17 puntos de ventaja sobre Bagnaia, y al ser la penúltima cita del curso significa que podrá ser campeón del mundo ya allí. No el sábado, pero sí en la carrera larga del domingo. Para ello, el español necesitará meterle 21 puntos durante el fin de semana (habrá 12 en juego el sábado y 25 el domingo).
Tras la carrera, el de Pramac reconoció que la situación fue muy complicada pese a que estaba preparado para una pista con tanta agua, y explicó su estrategia de reservarse para sumar puntos y no arriesgarse a un cero: “Ha sido una carrera complicada. He salido muy bien, y quería hacer mi ritmo, pero he visto rápido que no tenía las sensaciones del Warm Up. Había trabajado mucho en esa condición de poquita agua, pero claro, había mucha más agua”, empezó diciendo.
“Estaba preparado para que hubiera más agua, pero no hemos dado en la tecla con los controles, hemos ido demasiado libres. Al final en agua dependes mucho de cómo funciona la moto. He intentado lo máximo, pero tanto Pecco como Marc tenían un puntito más. He intentado aguantar con ellos, pero ha sido difícil”.
Uno de los momentos críticos para Martín fue justo después de la caída de Márquez, ya que él cometió el mismo error, pero pudo salvar la caída. Ahí fue cuando optó por minimizar daños: “Cuando se ha caído Marc yo he tenido el mismo susto, pero he podido anticiparlo. Ahí he parado y me he dicho que se había acabado la tontería. He tenido que apretar porque venía Jack Miller por detrás. He minimizado los riesgos lo que he podido, he tenido más de diez sustos. Ha sido el examen más difícil del año. Poder hacer segundo era lo máximo y me da confianza para Malasia”.
El #89 también reconoció que no quería tomar una decisión contraria a la de Bagnaia y equivocarse, como le pasó en Australia en 2023 o en la presente campaña en Misano: “Tenía bastantes dudas, no en estrategia sino cómo iba a salir a carrera. El único miedo que tenía era que Pecco saliera con neumáticos de seco y yo de mojado, o viceversa. Es lo único que no podía controlar y estaba un poco asustado, pero ha llovido y no había opción. Pecco tenía que coger más riesgos que yo y lo ha hecho muy bien, veremos en Malasia”.
Sobre cómo se siente Martín en estos momentos desde el punto de vista mental, no quiere que se le disparen los nervios, pero no puede esconder que son mayores a medida que se acerca el final: “Siento que cada vez está más cerca. Mi cabeza de normal va a tres mil por hora, y ahora más jugándome el título”.
“Sobre todo quiero centrarme en mí. Ganar a Pecco en Malasia va a ser un reto gigante, porque es ‘su’ pista. Aunque también se me da bien, en la sprint quedé por delante de él y en carrera fuimos tercero y cuarto. No estamos tan lejos. Siento que salimos reforzados de aquí y voy a Malasia con confianza”, finalizó, pensando en la cita de Sepang de la próxima semana, que Bagnaia tiene marcada en rojo.