Max Verstappen no tuvo un viernes fácil del Gran Premio de México de Fórmula 1. Ya en la primera sesión de entrenamientos hubo algunos problemas menores con el motor, pero en la segunda sesión la unidad de potencia en la parte trasera del RB20 funcionó aún peor. Si el holandés hubiera tenido que poner un motor nuevo, se habría avecinado una penalización en parrilla. Después de todo, sería la quinta del año. R ed Bull Racing ha confirmado aMotorsport.com que no es necesaria ninguna penalización en parrilla.
Sin embargo, Red Bull puso un motor diferente en el coche de Verstappen. El equipo informa de que se detectó una fuga en el sistema de suministro de aire. Los mecánicos intentaron arreglar esta fuga, pero resultó imposible. La buena noticia para el líder del campeonato, sin embargo, es que el motor que tiene ahora en la parte trasera fue tomado de la reserva disponible. Por lo tanto, ya se ha utilizado una vez, lo que garantiza que no se aplique la penalización en parrilla.
Debido a los problemas de motor del viernes, Verstappen apenas pudo conducir en la segunda sesión de entrenamientos. El piloto de 27 años ni siquiera registró una vuelta cronometrada. Después de poco menos de 15 minutos, su práctica había terminado. Por lo tanto, el sábado en México será muy importante para él. Con 57 puntos, el piloto de Red Bull tiene una gran ventaja sobre su rival más cercano , Lando Norris, y con cinco carreras por delante, la lucha por el título aún no ha terminado. Con una penalización en parrilla, lo más probable es que el limburgués tenga que empezar la carrera por detrás de su rival y eso jugaría justo a favor de Norris.
La buena noticia para Verstappen fue que Norris tampoco empezó el fin de semana en Ciudad de México de forma convincente. El británico tuvo que dejar su asiento a Patricio O’Ward en la primera sesión de entrenamientos, antes de llegar sólo a un quinto tiempo en la segunda.