Las especulaciones sobre la posibilidad de que un equipo explotara una forma de subir y bajar la altura de su quilla delantera estallaron en la víspera del Gran Premio de Estados Unidos, cuando la FIA reveló que estaba imponiendo medidas drásticas al respecto.
El organismo rector dijo que, a raíz de las preocupaciones expresadas por los equipos sobre la posible explotación por parte de un rival de las normas del parque cerrado para ajustar su altura de pilotaje entre la clasificación y la carrera, se estaban introduciendo nuevos procedimientos a partir del fin de semana de Austin.
Una forma de hacerlo sería mediante la colocación de sellos en los dispositivos que se pueden ajustar para alterar la altura de pilotaje de la quilla delantera para garantizar que no se puedan mover.
Cuando los equipos se reunieron en Austin para la carrera de F1 de este fin de semana, quedó claro que el foco del asunto giraba en torno al equipo Red Bull.
Las fuentes sugieren que los competidores habían sido alertados en el Gran Premio de Singapur sobre la especulación de que la escudería con sede en Milton Keynes tenía una forma de ajustar la altura de su quilla delantera mediante un cambio de configuración en un componente en una zona accesible desde el cockpit.
Esto se descubrió gracias a que Red Bull tuvo que publicar los detalles del diseño de ese elemento en los servidores de la FIA como parte de la normativa que gira en torno a las piezas de código abierto.
Se ha sugerido que este dispositivo tenía una serie de configuraciones que podían ser ajustadas por un mecánico para ayudar a alterar la altura de la suspensión.
Sergio Perez, Red Bull Racing RB20, in the pits during FP3
Photo by: Sam Bloxham / Motorsport Images
Realizar esta acción estaría permitido durante los entrenamientos, por lo que el componente en sí no está fuera del reglamento, pero sería ilegal si los cambios se hicieran en condiciones de parque cerrado que comienzan desde la clasificación y duran hasta la carrera.
Se entiende que hubo conversaciones entre los equipos preocupados por el asunto y la FIA durante el fin de semana del circuito de Marina Bay.
A raíz de esas conversaciones, se entiende que el organismo rector mantuvo conversaciones con Red Bull antes de la carrera para asegurarse de que no estaba haciendo nada indebido.
Esta semana, la FIA dijo que no había pruebas de que Red Bull hubiera ajustado el dispositivo mientras el coche estaba en condiciones de parque cerrado.
Sin embargo, a partir de ahora, la supervisión de este aspecto del coche se intensificará para garantizar que es un área en la que nadie puede trabajar fuera de las normas.
Red Bull ha negado haber hecho nada indebido, e insiste en que el dispositivo que ha surgido como central en este asunto no puede ser alterado una vez que el coche está montado.
Un alto representante del equipo dijo: “Sí, existe, aunque es inaccesible una vez que el coche está completamente montado y listo para correr”.
“En la numerosa correspondencia que mantenemos con la FIA, surgió esta parte y hemos acordado un plan para seguir adelante”.
La polémica sobre el ajuste de la altura del coche llega en medio de lo que será una intensa batalla entre Red Bull y McLaren por el título de F1.
Ambos equipos están muy pendientes de lo que hace su rival, y McLaren ha sido recientemente objeto de una investigación sobre la flexibilidad de su alerón trasero.
La forma en que su elemento superior ayudaba a girar hacia atrás para abrir la ranura le valió la etiqueta de “mini-DRS”, y aceptó hacer modificaciones tras conversaciones con la FIA.