Desde hace algún tiempo circula por el paddock una historia que ha sido confirmada (con los micrófonos silenciados) por más de un director de equipo. Esta dice que hace dos años Michael Andretti no aprovechó la oportunidad que tuvo al presentar a la Comisión de Fórmula 1 su plan de entrar en el campeonato del mundo como undécimo equipo. Su encuentro fue juzgado de arrogante y acabó molestando a todos los presentes. “Nos explicó el automovilismo”, comentó en privado una persona que presenció la reunión.
Todo tuvo lugar un año después del primer intento de Andretti de entrar en la Fórmula 1. Las negociaciones para hacerse con Sauber comenzaron en 2021, y parecían estar en camino de llegar a buen puerto, con un comunicado de prensa listo para anunciar el traspaso de propiedad entre Finn Rausing (que en ese momento tenía la mayoría de las acciones del equipo) y el grupo Andretti. Incluso estaba prevista la presencia de Colton Herta en la primera práctica del Gran Premio de EE.UU., pero in extremis todo se canceló.
Las versiones fueron discordantes. Andretti alegó que las condiciones cambiaron en el último momento, y desde el frente de Rausing se dijo que Andretti no cumplió un punto firme que había quedado claro desde el principio, a saber, que el equipo tendría que permanecer en Hinwil.
Cuando, el pasado 31 de enero, Liberty Media rechazó definitivamente la oferta del equipo Andretti para entrar en la Fórmula 1 como undécima escudería, las razones del “no” seguían siendo vagas. Desde que el grupo estadounidense adquirió los derechos comerciales a Bernie Ecclestone en septiembre de 2016, el primer objetivo fue inmediatamente muy claro: irrumpir en el mercado de ese país.
Con esto en mente, la entrada en la Fórmula 1 de Andretti, una de los nombres más populares en EEUU, parecía la operación perfecta para los objetivos de Liberty Media. Junto a Penske y Ganassi, el apellido Andretti es sin duda un gran valor añadido para la promoción en Estados Unidos y, sin embargo, la operación se ha estancado. ¿Las razones? Nunca han estado muy claras, pero según muchos dicen, la historia de la división de los ingresos en once partes, en lugar de las diez actuales, no se sostiene.
Nueve meses después del “no” de Liberty Media, Michael Andretti anunció que ha vendido su participación mayoritaria en Andretti Global a su socio Dan Towriss. Un paso atrás que tomó a todos por sorpresa, incluida la propia escudería estadounidense.
Andretti, en una carta publicada en la web del equipo, explicaba los motivos de su elección: “He tomado esta decisión pensando en mí mismo, en el equipo y en mi familia. Seguiré teniendo un papel como asesor del equipo, y aunque estaré menos presente en la pista, mi pasión por este deporte seguirá siendo la de siempre. Estoy contento de poder pasar más tiempo con mi hermosa familia, con mis gemelos de diez años, y de poder dedicar más tiempo a mi nuevo papel de abuelo”.
A sus sesenta y dos años, Michael Andretti da un paso al costado, pero llama la atención que esta decisión se produzca apenas unos meses después de la presentación del programa de Fórmula 1, en el que estaba totalmente implicado. La impresión es que sus propios socios le han mostrado la puerta de salida precisamente por el “no” que recibió de Liberty Media, un freno que se produjo cuando ya se habían realizado grandes inversiones. Es posible que Andretti haya pagado por sus relaciones poco idílicas con el consejero delegado del grupo estadounidense, Greg Maffei, y con el CEO del Grupo Fórmula Uno, Stefano Domenicali. Los próximos meses lo aclararán todo, y si la candidatura del equipo Andretti vuelve a tomar impulso, se aclarará el origen de los desacuerdos que bloquearon la operación el pasado invierno.