El decepcionante resultado del GP de Singapur no ha minado la moral en el seno de Ferrari. En el departamento de competencia hay una actividad febril para preparar el último cuarto del campeonato, ya que aún quedan seis de las veinticuatro carreras del calendario.
El mes de descanso después de Marina Bay llega en el momento justo porque corresponde a una especie de verdadero reinicio de la temporada. Para empezar, mañana 1 de octubre se producirá el debut oficial de Loic Serra como director técnico del chasis y de Jerome D’Ambrosio como director adjunto del equipo de Fred Vasseur.
Loic Serra, director técnico, Jerome D’Ambrosio, director adjunto del equipo, operativos a partir de mañana en Maranello.
Fotos de: Ferrari
La Scuderia, por tanto, tomará una dirección francófona ya que de los tres máximos responsables de GeS (Gestión Deportiva) dos son franceses y uno belga. Fred puede liberar el papel interino de DT (ganó el GP de Italia como jefe de ingeniería), pero el plan de desarrollo del SF-24 sigue adelante según los planes que ya se habían trazado.
Tras las fotos de rigor, Serra y D’Ambrosio tendrán ocasión de hablar con sus compañeros de primer nivel, es decir, las personas con las que trabajarán más estrechamente una vez que se hagan cargo de sus respectivos despachos. Habrá una entrada suave, sin fanfarrias, porque el equipo está inmerso en una recta final muy exigente.
La interfaz de Loic es un puñado de ingenieros muy italianos a los que se ha motivado para que sean el corazón del Cavallino a nivel técnico. Los nombres son los ya conocidos: Enrico Gualtieri (Director Técnico Unidad de Potencia); Fabio Montecchi (Ingeniería del Proyecto de Chasis); Marco Adurno (Rendimiento del Vehículo), Diego Tondi (Aerodinámica); Matteo Togninalli (Ingeniería de Pista); y Diego Ioverno (Operaciones de Chasis), que también es el Director Deportivo y también hablará con Jerome D’Ambrosio.
Enrico Gualtieri, Director Técnico de la Unidad de Potencia de Ferrari
Foto de: Mark Sutton / Motorsport Images
La llegada de Adrian Newey al sistema construido por Fred Vasseur habría tenido sin duda efectos muy diferentes, porque el inglés habría exigido la llegada de sus colaboradores de confianza, perturbando una organización que ahora parece cohesionada y cooperativa. La reacción positiva del grupo a la salida de Enrico Cardile, el director técnico toscano que dimitió del Cavallino para irse a Aston Martin, puede medirse por la renovada competitividad del SF-24 tras la crisis de principios de verano.
Los ‘italianos’ están ocupados deliberando el último paquete de actualizaciones que se verán en el coche rojo a partir del GP de EE UU. Ferrari ha adelantado a Singapur el estreno del nuevo alerón flexible que debía llegar en Austin. En Texas veremos ya la evolución del concepto que debería acercar a Maranello a los conceptos de aeroelasticidad de McLaren y Mercedes. La pista americana se adapta mal al SF-24, pero el trabajo de simulación indica que hay buenas esperanzas de ser competitivos también en la carrera americana.
Austin verá a todas las escuderías punteras disparar sus últimos cartuchos de la temporada, con la certeza de que el dinero invertido en desarrollos no será baldío, sino que también tendrá un buen efecto en los monoplazas de 2025 que verán la luz con el reglamento actual.
Comparación de los alerones delanteros del Ferrari SF-24 vistos en Bakú y Singapur.
Foto de: Giorgio Piola
Loic Serra, por tanto, tendrá la oportunidad de supervisar el 677, el coche del año que viene que será totalmente nuevo: chasis, caja de cambios más corta y disposición de la suspensión delantera de tiro en lugar de empuje son los ingredientes de un coche rojo que tendrá la ambición de desafiar a McLaren y Red Bull con Lewis Hamilton y Charles Leclerc.
En cuanto a Jerome D’Ambrosio, por otra parte, mañana debería ver a Jock Clear, el técnico encargado de la FDA tras la salida de Laurent Mekies. Se había rumoreado sobre la Academia que Ferrari había cerrado esa experiencia, prefiriendo reclutar jóvenes pilotos a través del scouting. Estos no serían los planes, pero la intención es seguir adelante con una estrategia operativa que Jerome desarrollará.
Ferrari, en definitiva, entra sin clamor en una nueva fase operativa: no hay revolución, sino la evolución de un sistema de trabajo en el que Fred Vasseur cree mucho.