Con la creación el año pasado del campeonato femenino F1 Academy, la FIA demostró su ambición de ampliar el acceso al automovilismo para más mujeres. Sin embargo, las jóvenes se topan a menudo con un techo en su trayectoria profesional, sobre todo por las diferencias entre los coches de las categorías inferiores.
La F1 Academy utiliza monoplazas del tipo F4 con un motor de 164 CV que, según el director de Williams, son adecuados, pero no ocurre lo mismo con las demás categorías.
“Tuvimos una reunión con la F1 exactamente sobre este tema”, declaró Vowles. “En lo que respecta a F1Academy, el coche es bueno. Lo que quiero decir con esto es que las fuerzas necesarias para girar o frenar son bastante manejables (en los coches de F1 Academy). Pero las siguientes categorías se crearon en torno a un cuerpo masculino, no se diseñaron para que todo el mundo se sintiera cómodo (al volante). Eso es lo que estamos trabajando para cambiar”.
“Nos centraremos sobre todo en la dirección. No va a parecer mucho, pero la fuerza necesaria para hacer girar un Fórmula 1 es del orden de 10 a 15 Newton metros. Para un Fórmula 2, es unas cuatro veces más, y ahí es donde realmente empezamos a tener un problema”.
“Es el nivel de fuerza lo que explica por qué este coche (F1) es más fácil de conducir desde un punto de vista técnico. Es un monoplaza más difícil porque tiene mucha más carga aerodinámica, pero quiero decir que físicamente, en términos de peso al volante, es diferente y ahí es donde tenemos que progresar como deporte”.
Doriane Pin delante de Abbi Pulling durante una carrera de la Academia de F1.
Foto de: Mark Sutton / Motorsport Images
“Susie (Wolff, directora de la F1 Academy) ha hablado de ello, y yo también, porque nuestro viaje es mucho más que la F1 Academy”, continúa Vowles. “Lo que intentamos hacer ahora es integrar el talento del karting y de la F1 Academy en nuestro deporte”.
Algunos protagonistas del automovilismo se habían quejado de las notorias diferencias entre los coches de categorías inferiores y los de Fórmula 1. Fue el caso de Logan Sargeant a principios de este año, que consideró que la brecha entre la F2 y la F1 era “demasiado grande” y no permitía a los pilotos prepararse adecuadamente para la categoría reina, dadas las marcadas diferencias en la gestión de la conducción.
Hay que recordar que en 2024 se introdujeron nuevos monoplazas de Fórmula 2 con el objetivo de aumentar sus prestaciones, bien influenciadas por los actuales Fórmula 1 de efecto suelo. Al parecer, estos cambios no solucionan el problema, según Vowles. Muy consciente de las diferencias técnicas y mecánicas entre los distintos campeonatos, ha hecho de éste uno de los principales objetivos del futuro desarrollo de los monoplazas de las categorías inferiores.
“Los próximos pasos serán llevar a las demás categorías inferiores, es decir, la FRECA, la Fórmula 3 y la Fórmula 2, al mismo tipo de reino, para que sean manejables y conducibles y se parezcan más a un Fórmula 1”, añade Vowles.
“Eso no ocurre de la noche a la mañana. Sólo cambian estos coches una vez cada cuatro años, pero los próximos desarrollos estarán ligados a esos cambios”, finalizó.